Sus casas no se diferenciaban del resto de las de otras comunidades, siendo lo más frecuente que fuesen de una sola planta, o a lo sumo de dos, como lo demuestran los restos de alguna todavía existente. En ellas eran frecuentes el uso de aleros de madera, algunos de gran belleza, lo que indica no sólo buen gusto, sino también la proyección económica y la distinción social por parte de sus ocupantes. Igualmente, la mayoría de las casas contaba con uno o dos patios que contenían pozo y pila.
Los judíos se sitúan en la aljama situada prioritariamente en la calle Mayor, con sus numerosos adarves (calles o callejuelas sin salida, que desembocan en un corral o patio de vecindad), extendiéndose por las calles secundarias donde ejercían sus actividades mercantiles y financieras de todo género. La judería abarca una zona en forma de cuadrilátero, incluyendo la cabecera inmediata de las calles de Escritorios, la totalidad de la calle Mayor, como ya quedó dicho, y parte de la de Santiago, y cuyo límite podía decirse que estaba en la calle Segovia, hoy desaparecida, que unía las citadas calles con la puerta de Burgos.
Los judíos, sobre todo los que vivían en la calle Mayor, se dedicaban al comercio, sus casas eran de dos plantas, en la planta baja tenían la tienda y en la parte superior su vivienda. La estructura soportalada de la calle, les permitía sacar sus mercancías a la vista del público y al mismo tiempo protegerlas de las inclemencias del tiempo. Un barrio lleno del colorido de las telas y artesanías.
En Alcalá, en el año 1305, se puede decir que vivían entre 80 y 130 musulmanes. La población mudéjar en nuestra ciudad a principios de la Edad Moderna era aproximadamente de 300 habitantes.
El barrio de la Almanxara *, compuesto de calles con corrales-adarves *. Su trama urbana y sus caseríos, no se diferenciaban mucho de los de los judíos o de los de los cristianos, aunque dado que sus oficios más frecuentes eran los oficios artesanales y las labores agropecuarias, sus casas no alcanzaban tanta altura como las de los otros dos grupos antes mencionados, sino que ganarían en extensión superficial para así poder colmar las necesidades de la vivienda: corrales para el ganado, almacenes para los aperos de labranza y herramientas, así como también graneros para los cereales y frutas.
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